Objetivos de una empresa

Los objetivos de una empresa son las metas que se propone alcanzar mediante sus actividades y operaciones. Los objetivos pueden ser de diferentes tipos, según el nivel, el plazo, el ámbito y la naturaleza de estos. Algunos ejemplos de objetivos de una empresa son:

• Objetivos estratégicos: Son los que definen la visión, la misión y los valores de la empresa, así como su posición competitiva en el mercado. Estos objetivos se establecen a largo plazo y orientan las decisiones y acciones de la empresa en su conjunto.
• Objetivos tácticos: Son los que se derivan de los objetivos estratégicos y especifican las acciones y recursos necesarios para lograrlos. Estos objetivos se establecen a medio plazo y afectan a las diferentes áreas o departamentos de la empresa.
• Objetivos operativos: Son los que se refieren a las tareas y actividades cotidianas que realizan los empleados de la empresa. Estos objetivos se establecen a corto plazo y deben ser medibles, alcanzables, relevantes y temporales.

Los objetivos de una empresa son importantes porque:

• Permiten definir el propósito y la dirección de la empresa, así como su identidad corporativa.
• Facilitan el diseño y la implementación de planes y estrategias para lograr los resultados esperados.
• Motivan y comprometen a los trabajadores con la empresa, alineando sus intereses y expectativas con los de la organización.
• Mejoran el rendimiento y la eficiencia de la empresa, al establecer criterios de evaluación y control de las actividades realizadas.
• Fomentan la innovación y la mejora continua, al impulsar el aprendizaje y la adaptación al entorno cambiante.

Funciones de una empresa

Para que una empresa pueda cumplir sus objetivos, es necesario conformar un sistema de áreas funcionales que permitan optimizar la operatividad para la producción de bienes y/o servicios. Entonces, si retomamos la definición del artículo anterior, un panorama más completo sería:

“Una empresa es una entidad o sistema productor de bienes y/o servicios que, mediante el intercambio de información se interrelaciona a través de estructuras funcionales dentro del mismo, así como de factores externos que permitan la funcionalidad y el cumplimiento de objetivos.”

Un sistema es un conjunto de elementos que interactúan entre sí para el cumplimiento de objetivos, para que un sistema pueda funcionar se requiere de una entrada, un proceso y una salida.

La entrada de este sistema corresponde a todos los elementos que permiten la funcionalidad de la empresa, esto va desde la materia prima, recursos materiales y humanos, financieros y proveedores. El proceso dentro de una empresa comprende a su vez una serie de subsistemas que corresponden a la transformación y al control correspondiente para que la entrega del producto o servicio sea satisfactoria. 

Para que el subsistema dentro del proceso pueda existir es necesario crear un lazo de control que capte la información, ejecute un control mediante una verificación y retroalimente el resultado para mejorar el subproceso de transformación. El subsistema de control dentro del sistema de proceso no solo implica verificar la calidad del producto y/o servicio, sino va más allá; es decir involucra una comunicación efectiva entre las dependencias que permiten la funcionalidad del proceso.

“Para que la funcionalidad del proceso sea exitosa, se debe de entender la demanda, ofrecer la oferta del bien o el servicio, y efectuar el control financiero para que la empresa pueda subsistir.”

Entonces nuestro sistema quedaría de la siguiente manera:

Una empresa es un sistema abierto, ya que permite el intercambio de la información tanto interna como externamente. Dentro de los elementos externos debemos considerar los siguientes aspectos:

• La legislación y requisición gubernamental desde un nivel local, municipal, estatal (provincial, departamental, según sea el caso) hasta un nivel nacional.
• Legislación internacional.
• Normatividad de cada país (como, por ejemplo, en México se tiene las Normas Oficiales Mexicanas – NOM) así como la internacional y de estandarización (como las Normas ISO).
• Factores geográficos, sociales y de regionalización económica.

Los elementos internos del sistema corresponden a engranes que permiten la funcionalidad de la empresa. De un modo más simple podemos decir que estos engranes corresponden a las áreas funcionales, que surgen para la divisibilidad y asignación de trabajo del recurso humano.

Las funciones o áreas dentro de una empresa son las divisiones que agrupan las actividades y tareas relacionadas con un mismo objetivo. Por ejemplo, el área de marketing se encarga de diseñar y ejecutar las estrategias para promocionar los productos o servicios de la empresa, mientras que el área de recursos humanos se ocupa de gestionar el personal y el clima laboral.

Existen diferentes formas de clasificar las funciones o áreas dentro de una empresa, dependiendo del tamaño, el sector, la cultura y la estructura organizativa de cada una. Sin embargo, algunas de las más comunes son:

• Dirección general: Es la función que define la visión, la misión, los valores y los objetivos generales de la empresa, así como las políticas y los planes para alcanzarlos. También se encarga de coordinar y supervisar el trabajo de las demás áreas.
• Finanzas: Es la función que se ocupa de administrar los recursos económicos de la empresa, tanto los ingresos como los gastos. Entre sus actividades se encuentran la elaboración y el control del presupuesto, la gestión de la tesorería, la contabilidad, el análisis financiero y la relación con los bancos y los inversores.
• Producción: Es la función que se encarga de transformar los recursos en bienes o servicios que satisfagan las necesidades de los clientes. Entre sus actividades se encuentran la planificación, la organización, el control y la mejora de los procesos productivos, así como la gestión de la calidad, el inventario y la logística.
• Marketing: Es la función que se ocupa de identificar y satisfacer las necesidades y deseos de los clientes actuales y potenciales. Entre sus actividades se encuentran la investigación de mercados, el desarrollo de productos o servicios, la fijación de precios, la distribución y la comunicación.
• Ventas: Es la función que se encarga de generar ingresos para la empresa mediante la comercialización de los productos o servicios. Entre sus actividades se encuentran la prospección, la negociación, el cierre y el seguimiento de las ventas, así como la atención al cliente y la fidelización.
• Recursos humanos: Es la función que se ocupa de gestionar el capital humano de la empresa, es decir, las personas que trabajan en ella. Entre sus actividades se encuentran la selección, la contratación, la formación, la evaluación, la retribución y el desarrollo del personal, así como el mantenimiento del clima laboral y el cumplimiento de las normas laborales.

Estas son algunas de las funciones o áreas dentro de una empresa más habituales, pero no las únicas. Otras posibles funciones o áreas son: investigación y desarrollo, legal, compras, servicio técnico, etc. Lo importante es que cada empresa defina sus funciones o áreas según sus necesidades y objetivos específicos.

Finalmente, con la información añadida, nuestro diagrama quedará de la siguiente manera.

El papel de la administración de operaciones

La administración de operaciones es una disciplina que se encarga de diseñar, planificar, organizar, controlar y mejorar los procesos productivos de una organización. Los administradores de operaciones son los responsables de gestionar los recursos humanos, materiales, tecnológicos y financieros que intervienen en la creación de bienes y servicios. 

La administración de operaciones es importante estudiarla porque contribuye a la competitividad, la calidad, la eficiencia y la satisfacción del cliente de las empresas. El papel de la administración de operaciones podría abordar los siguientes aspectos:

• La evolución histórica de la administración de operaciones y sus principales enfoques y paradigmas.
• Los conceptos clave de la administración de operaciones, como el sistema de producción, el proceso productivo, el producto, el servicio, la capacidad, la demanda, el inventario, el flujo, el ciclo y el tiempo.
• Las funciones y responsabilidades de los administradores de operaciones, como el diseño del producto y del proceso, la planificación y programación de la producción, el control y seguimiento de la ejecución, la gestión de la calidad y la mejora continua.
• Los beneficios y desafíos de la administración de operaciones en el contexto actual, marcado por la globalización, la innovación, la sostenibilidad y la digitalización.