1.7 Hacia la adaptación de tendencias globales

J. Pablo Reymon

2024-01-11

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En el mundo actual, las empresas se enfrentan a un entorno cada vez más dinámico, complejo y competitivo, donde las tendencias globales influyen en sus decisiones y estrategias. ¿Cómo pueden las empresas adaptarse a estos cambios y aprovechar las oportunidades que ofrecen las nuevas industrias? En este artículo, analizaremos algunos aspectos clave para lograrlo.

La globalización de las empresas

La globalización es un proceso que implica la integración económica, social, cultural y política de diferentes países y regiones. Este fenómeno ha facilitado el intercambio de bienes, servicios, conocimientos e información entre los agentes económicos, así como el acceso a nuevos mercados y recursos. La globalización ha generado beneficios para las empresas, como la ampliación de su base de clientes, la diversificación de sus productos, la reducción de costos y la innovación. Sin embargo, también ha supuesto desafíos, como la mayor competencia, la adaptación a las normas y preferencias locales, la gestión de la diversidad cultural y la responsabilidad social.

Demanda de las nuevas industrias

La globalización ha impulsado el desarrollo de nuevas industrias, que se caracterizan por su alto valor agregado, su uso intensivo de tecnología y conocimiento, su orientación al cliente y su capacidad de generar impacto social y ambiental. Algunos ejemplos de estas industrias son las energías renovables, la biotecnología, la nanotecnología, la inteligencia artificial, la economía circular y la economía colaborativa. Estas industrias representan una oportunidad para las empresas que quieran diferenciarse y crear valor en el mercado. Para ello, deben identificar las necesidades y expectativas de los consumidores, ofrecer soluciones innovadoras y sostenibles, y establecer alianzas estratégicas con otros actores.

Competitividad mediante operaciones

Las operaciones son el conjunto de actividades que transforman los insumos en productos o servicios que satisfacen las necesidades de los clientes. Las operaciones son una fuente de ventaja competitiva para las empresas, ya que determinan su eficiencia, calidad, flexibilidad y capacidad de respuesta. Para lograr una mayor competitividad mediante operaciones, las empresas deben definir su estrategia operativa en función de su propuesta de valor y su segmento de mercado. Existen tres tipos básicos de estrategia operativa: por diferenciación, por costo y por respuesta.

  • La estrategia por diferenciación consiste en ofrecer productos o servicios únicos o superiores a los de la competencia, que generen una percepción de valor añadido para los clientes. Esta estrategia requiere una alta inversión en investigación y desarrollo, diseño, calidad y servicio al cliente.
  • La estrategia por costo consiste en ofrecer productos o servicios a un precio inferior al de la competencia, manteniendo unos estándares mínimos de calidad y servicio. Esta estrategia requiere una alta eficiencia en los procesos, una reducción de los desperdicios y una optimización de los recursos.
  • La estrategia por respuesta consiste en ofrecer productos o servicios que se adapten rápidamente a los cambios del mercado y a las demandas específicas de los clientes. Esta estrategia requiere una alta flexibilidad en los procesos, una gestión ágil del inventario y una coordinación con los proveedores y distribuidores.

Decisiones estratégicas en la administración de operaciones

Para implementar su estrategia operativa, las empresas deben tomar una serie de decisiones estratégicas que afectan al diseño y al funcionamiento de sus operaciones. Estas decisiones son:

  • La localización: se refiere al lugar donde se ubican las instalaciones productivas o de servicio. La localización influye en los costos de transporte, mano de obra, materias primas e impuestos; así como en el acceso a los mercados, proveedores y clientes.
  • La capacidad: se refiere al volumen máximo de producción o servicio que puede ofrecer una instalación. La capacidad depende del tamaño, el equipamiento y el personal disponible; así como de la demanda esperada y el nivel de servicio deseado.
  • El proceso: se refiere al conjunto de actividades que se realizan para transformar los insumos en productos o servicios. El proceso determina el tipo, la calidad y la variedad de los productos o servicios; así como el grado de automatización, estandarización y personalización.
  • El diseño del producto o servicio: se refiere a las características físicas, funcionales y estéticas de los productos o servicios que se ofrecen al mercado. El diseño del producto o servicio influye en la satisfacción y fidelización de los clientes, así como en la diferenciación y posicionamiento de la empresa.
  • El diseño de la red de suministro: se refiere a la estructura y las relaciones que se establecen entre los proveedores, la empresa y los clientes. El diseño de la red de suministro afecta al flujo de materiales, información y dinero; así como a la calidad, el costo y el tiempo de entrega.

Estrategias globales para la operatividad de las nuevas empresas

Las nuevas empresas que quieran operar en el ámbito global deben adoptar una estrategia que les permita aprovechar las ventajas de la globalización y afrontar sus desafíos. Algunas de las estrategias globales más comunes son:

  • La estandarización: consiste en ofrecer el mismo producto o servicio en todos los mercados, sin adaptarlo a las características locales. Esta estrategia permite reducir los costos, aumentar la escala y mejorar la eficiencia. Sin embargo, también implica un riesgo de perder cuota de mercado frente a competidores locales o regionales que ofrezcan productos o servicios más adecuados a las preferencias de los consumidores.
  • La adaptación: consiste en ofrecer productos o servicios diferentes o modificados según las características de cada mercado. Esta estrategia permite satisfacer mejor las necesidades y expectativas de los clientes, aumentar la diferenciación y mejorar la imagen. Sin embargo, también implica un aumento de los costos, una mayor complejidad y una menor eficiencia.
  • La integración: consiste en combinar elementos de estandarización y adaptación, buscando un equilibrio entre los beneficios y los costos de ambas opciones. Esta estrategia permite aprovechar las economías de escala y el aprendizaje global, así como responder a las demandas locales y regionales.

En conclusión, las empresas que quieran adaptarse a las tendencias globales deben definir su estrategia operativa en función de su propuesta de valor y su segmento de mercado, tomar decisiones estratégicas que optimicen el diseño y el funcionamiento de sus operaciones, y elegir una estrategia global que les permita competir con éxito en el entorno internacional.

Cómo está estructurado el programa

Ahora bien, que hemos definido algunos aspectos importantes sobre la administración de operaciones, podemos deducir el enfoque de este curso. Si bien, este programa no pretende abordar a profundidad todos los temas sobre la administración de operaciones, proponemos brindarte tópicos específicos que puedan ayudarte a comprender las áreas más importantes en dicha administración.

Este curso está dividido en cuatro partes: la administración de proyectos, los sistemas de planeación y control de la producción, sistema de calidad, logística, normatividad y estandarización. Los tópicos descritos en este curso están constituidos desde la perspectiva de las herramientas, los frameworks (modelos de trabajo, conjunto de herramientas), las normatividades y estandarizaciones empleadas en el trabajo diario de cada uno de los administradores de operaciones.

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