2024-05-15
Como se mencionó anteriormente en este curso, una empresa es una organización que se dedica a la producción de bienes y/o servicios para satisfacer las necesidades del mercado. Una empresa se divide en diferentes etapas del proceso para la creación de estos bienes o servicios. A través de los tres pilares de la administración empresarial -gestión de la demanda, gestión de la oferta y gestión financiera- y las cinco fuerzas de la administración, podemos captar la demanda adecuada y anticipar la oferta, asegurando así la operatividad, la estabilidad de la organización y la satisfacción de clientes y proveedores.
La planeación surge de la necesidad de tomar decisiones operacionales, de acuerdo con las métricas que relacionan los pilares de la administración, sin la planeación conforme a la demanda, la oferta y las finanzas, no se puede conducir al éxito de una organización. Es por eso, que se considera como la primera fuerza para una administración empresarial sólida.
En ella se definen los objetivos y estrategias hacia donde virará la organización, permite establecer un alcance de acción identificando las oportunidades y riesgos internos, como los del entorno.
Para que la planeación pueda ayudar a orientar los límites y alcances operativos de una organización, es crucial evaluar dichos criterios de alcance en plazos para proyectarlos conforme a la oferta, la demanda y la utilidad operativa esperada. Los pronósticos surgen para evaluar los modelos que se ajusten para conseguir dichas métricas en una empresa.
Un pronóstico es la estimación de datos en horizontes de tiempo, cuya finalidad implica el relacionar dicha información para prever comportamientos en el futuro; bajo las restricciones del presente y de los datos del pasado utilizados.
Pronosticar, es entonces, la forma en que podemos predecir los eventos futuros. Gracias a esas predicciones las empresas pueden facilitarse la comprensión de su entorno, las estrategias organizativas, la utilidad y el comportamiento en su oferta y demanda para posicionarse rumbo al cumplimiento de sus objetivos.
Definamos entonces, tres términos recurrentes:
Los objetivos de los pronósticos son:
Un elemento crucial al momento de elaborar un pronóstico es comprender el horizonte de tiempo en el cual puede impactar la toma de decisiones. Existen tres niveles de horizonte en el tiempo para los pronósticos:
Los pronósticos a mediano y largo plazo son más generales, estos por lo general emplean modelos que tienen como consecuencia la apelación administrativa, estas decisiones deben formularse considerando todas las fuerzas de la administración de la organización.
Los pronósticos a corto plazo; por otro lado, dan mayor énfasis a modelos que tienen como consecuencia la toma del valor a partir de la evidencia de los datos históricos, tienden a ser más precisos entre más pequeño sea el lapso.
Todo pronóstico integra tres elementos básicos:
Un horizonte de tiempo definido: de acuerdo con las características y propósito del pronóstico.
Contempla la incertidumbre: conforme al resultado, debe considerarse las desviaciones y errores, sus acciones y consecuencias para evitar que el pronóstico no sea erróneo.
Veracidad de la información: es necesario observar la fidelidad de los datos, generalmente se emplean las fuentes primarias y secundarias (datos propios) y terciarias (de competencia, base de datos externa, etc.) por lo cual se debe analizar posibles sesgos, datos sucios, alterados o datos negros (que no se contabilizan).
El proceso de la elaboración de un pronóstico es el siguiente:
Plantear el propósito del pronóstico: se definen los objetivos, se involucran a los equipos de trabajo de los cuales el estudio de la demanda es importante.
Seleccionar los aspectos a pronosticar: se define la naturaleza de los datos a observar, así como su alcance y exclusiones.
Definir el horizonte de tiempo: contemplar los periodos de alcance de las predicciones, para un pronóstico efectivo.
Definir el marco de referencia de los datos: analizando la perspectiva de los datos, si son fuentes primarias, secundarias o terciarias, si son datos limpios o es necesario darles tratamiento, así como si el horizonte de tiempo evaluado se ajusta al que deseamos evaluar.
Seleccionar el (los) modelo(s) del pronóstico: conforme al análisis de la demanda, los datos históricos, el horizonte de tiempo y métricas para evaluar conforme a los equipos de trabajo involucrados.
Realizar el pronóstico: realizar las pruebas correspondientes y compararlas (si es posible) con otros modelos, analizar sus desviaciones o errores, para así tomar la decisión desde la administración sobré que pronóstico brindará más certeza. Una vez realizado esto, se presenta el pronóstico a las partes interesadas.
Validación de los resultados: se analizan y relacionan los resultados conforme a las métricas, alcances, errores y desviaciones, y planteamientos de la administración. Se toman las decisiones correspondientes y se ejecuta el proceso de programación (de trabajo, de producción, de mano de obra, por ejemplo).
Existen dos enfoques generales para la elaboración de pronósticos, basados en los modelos de decisión administrativa. Es por lo que, involucrando los aspectos básicos de todo pronóstico, los modelos pueden ser cualitativos o cuantitativos.
Los pronósticos cualitativos son subjetivos, se basan en el criterio de la administración, desde la intuición, experiencias e integran aspectos de decisión desde la cultura organizacional, los valores, misión y visión de la empresa. En cambio, los pronósticos cuantitativos utilizan modelos matemáticos justificados en la evidencia de los datos históricos, para así tomar una decisión basada en números.
Los pronósticos cualitativos a su vez se dividen en dos:
A su vez, los pronósticos cuantitativos se dividen en:
En la tabla siguiente, se mencionan los modelos de pronósticos más utilizados:
Aunque se nos presenten muchos modelos de pronósticos, es necesario plantear hacía qué o quienes es necesario realizar una predicción. No es lo mismo pronosticar la fuerza de trabajo, a pronosticar la demanda de un nuevo producto. Es por eso que podemos tener cierto nivel de agregación basado en los horizontes de tiempo para distinguir el tipo de pronóstico a efectuar; de ello se deriva que las precisiones estén dentro de los límites y que la predicción sea la correcta. En la siguiente tabla se analizan algunos niveles de precisión conforme a la capacidad y agregación.
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