2024-05-15
Entender la demanda es primordial, la definimos como las unidades de un producto que los clientes tienen el potencial de obtener, esto a través de variables menormente internas y mayormente externas como el área geográfica, acceso al mercado, tiempo de envío, proceso, factores de legislación, entre otros. La demanda se puede comportar de distintas maneras, esto dependiendo también del tipo de producto a producir o diseñar. Es por ello, que la mercadotecnia juega un papel importante en el diseño y posicionamiento de los productos en el mercado.
En la construcción de pronósticos, se distinguen tres tipos de fuentes informativas por los roles que desempeñan:
Cada categoría de fuente es crucial en distintas etapas del proceso de pronóstico y según el grado de especificidad que se requiera. Las fuentes primarias son fundamentales para la adquisición de datos crudos y detallados, las secundarias facilitan la comprensión y contextualización de esos datos, y las terciarias ofrecen un punto de partida para indagaciones más exhaustivas o para conseguir un entendimiento básico del asunto en cuestión.
El análisis de la demanda es un proceso esencial en el ámbito empresarial que implica evaluar la cantidad de un producto o servicio que los consumidores están dispuestos a comprar en un mercado específico durante un periodo determinado. Este análisis ayuda a las empresas a comprender mejor las necesidades y preferencias de sus clientes, así como a identificar oportunidades de crecimiento y a tomar decisiones informadas sobre estrategias de precios, posicionamiento en el mercado y desarrollo de productos. Además, permite anticipar cambios en la demanda y minimizar riesgos, optimizando así la asignación de recursos.
La demanda puede comportarse debido a factores externos e internos, conforme al mercado, producción, legislaciones, entre otros aspectos. Por lo general, se identificar algunos patrones de la demanda.
Patrón estacionario: los datos son constantes a lo largo del tiempo, no hay tendencia.
Patrón estacional: los datos se comportan de manera fluctuante en intervalos de tiempo.
Patrón cíclico: a diferencia de los patrones estacionales, los datos se comportan de manera fluctuante en plazos de tiempo más largos.
Patrón de tendencia: los datos se comportan de manera incremental o decremental a lo largo del tiempo.
Patrón aleatorio: no existe un patrón definido, los datos no tiene tendencia ni estacionalidad.
La manera en que se asigna el precio a un producto responde principalmente en el ofrecer valor al cliente y la búsqueda de la rentabilidad y sostenibilidad de una empresa. La asignación de precios es un proceso clave ya que de ello dependerá en el volumen a ofertar y las utilidades (beneficios) esperados.
La búsqueda del precio adecuado a un producto puede hacerse de dos maneras: en función de la competencia y la demanda.
Los precios basados en la competencia. Por lo general, recurriendo a fuentes terciarias, donde se evalúa un producto similar en la competencia y se relaciona con las características propias del producto a ofertar.
Los precios basados en la demanda. Considera el valor o utilidad que puede aportar para que el usuario o cliente pueda acceder al producto; en pocas palabras el precio puede ser variado conforme a la utilidad al cliente, el comportamiento de la demanda y el potencial económico que el cliente puede ofrecer con tal de obtener el producto.
Los especialistas y empresarios deben considerar la dinámica de las finanzas responsables conforme a la demanda y el poder adquisitivo de los clientes. Generalmente el beneficio o utilidad esperada puede verse afectada por factores tanto internos o externos, alguno de estos criterios es:
Volatilidad de las tendencias que pueden generar un cambio positivo, pero también negativo; como por ejemplo la industria de los gadgets y la moda que anualmente cambian.
Estabilidad económica global, en ambientes políticos, desastres naturales o crisis sanitarias.
Temporales de ofertas y descuentos; así como ofrecer beneficios al precio para adquirir otros productos, regalos o rebajas.
Estabilidad de la cadena de suministro inicial, es decir la materia prima o recursos que permitan la fabricación de los productos a tiempo y de calidad.
Estabilidad de la cadena de suministro final, es decir la logística de entrega, el cómo llega el producto a almacenes, tiendas o incluso, directamente al consumidor.
La globalización y la regionalización; la planeación y el captar los mercados objetivos puede prevenir que los productos fracasen en algunas regiones, y que en otras haya escasez por su alta demanda.
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